sábado, 2 de diciembre de 2017

CAYÓ UN ROBLE



CAYÓ UN ROBLE
A mi padre Miguel Cerón.



Desde lo alto de la agreste roca
iluminaba este hombre, el paso a paso
de todos los que emprendían una obra,
así el camino hacia el progreso marca.
Al trabajo jamás se le amilanaba
siempre partiendo al rayar el día
a la labranza llevó su esperanza
orando, cantando con fuerza al Dios del alba.
De las verdes pupilas que su mirada irradiaban
en el sueño de una gran cosecha
de cargadas espigas y robustas mazorcas
alentando siempre al campesino a la colecta.

La fértil tierra del creador bendecida
no le falla con su sudor engrandecido,
semillas y animales apuesta  a la vida
y así tenemos en la mesa la comida.
Cambia de trabajo, mientras pasa el tiempo
recuerda que condujo “Al Compañero",
viejo carro importado, en  sus mozos años
y se atreve con valentía al desafío
de otras carreteras en su viejo “Ford 55”.
Con tanto y sacrificado esfuerzo logra
encarrilar con la abnegada esposa
a todos sus hijos a lares no soñados
que como flores su jardín adornamos
y aprendimos de su ejemplo el servicio
"Agua vía e tite" nos  pedía al final de sus jornadas;
prestos de una le llevamos
y sus manos remojaba
mientras musitaba palabras cariñosas.


Al "El toegat" su sumiso animal,
“Chepo chepo” lo llamaba… ya lo veo,
pronto asoma somnoliento
levantando su cola y encorvando su espinazo
meloso busca del “Taita” la caricia.


Parte a la ciudad el incasable luchador
arriesgado, atrevido para forjar otro devenir
entre el feroz tráfico cotidiano
va y vuelve como conductor urbano.
Sin dejar jamás de llevar cariño y el pan a casa
pasa años y sus propios años el viejo roble,
agotando sin desmedro su vitalidad
hasta consumirse bajo la copiosa
lluvia de nietos que le alegraron este paso.
Volvió no pocas veces a la cima de "La Lomita"a echarle un vistazo, a ver la maravilla,
como presintiendo la fatal partida
a su querido y natal pueblo Guaitarilla"
El árbol frondoso de virtudes y valores
hace años ya no está entre nosotros
gratos recuerdos en mi corazón
lo mantienen siempre  vivo
como el viejo roble que cenizas deja.
Ese fuego que nos entorna
es el calor del mayor que abraza,
une la familia como siempre quiso
abuelo y bisabuelo Miguel es candil, eterna brasa.