viernes, 12 de mayo de 2017

MIRADA FILOSOFIA Y DIALECTICA




18 DE MAYO DE 1800 EN GUAITARILLA

Intrascendente, parece ser la histórica gesta del pueblo GUAYTARO, inconforme, guerrero e indómito  en las tierras sureñas de GUAYTARILLA, geográfico lugar, que ganara un espacio en las vetustas páginas de la gloria local, y que no fue  inmortalizada como verdadera revolución y por lo tanto no es una lucha  importante como se considera a la de otros pueblos, cuya valoración debiese estar subyugada a la gesta del heroico valor  del 18 de mayo de 1800.

Parece ser, que esta situación de olvido y de ostracismo, por si acaso no lo sea, es más el producto de una sinrazón, del desprecio, o del mero desconocimiento que la noble e hidalga realeza pastusa, “agualonguista”, que conscientemente, obvio, ignora el acontecimiento y que se determinara como de "hechos aislados", o como el producto de un reducto de campesinos, o de una chusma, o asonada cuyos circunstancias objetivas no hicieron mella en la estructura político militar y social del imperio. Porque estos espontáneos luchadores y mujeres valerosas también vivaron  al rey; con lo cual aparentemente se perdió todo el mérito. Pero en fin, para nuestros historiadores es un movimiento libertario e independentista, por cuanto exigió mejores condiciones hasta culminar en una verdadera sublevación.
La intrepidez de mujeres "del común", entiéndase como que "no son de clase"  es decir ajenas a los factores de los procesos de producción agraria y de producción de recursos económicos de la corona; ajenas a los círculos del poder, (poder político); que las y los llevara a luchar por el poder del estado imperante; no tenían ningún vínculo o presencia con las fuerzas administrativas; ajenas son a los factores de consanguinidad del hombre blanco, su sangre, es decir sin estirpe (no tenían sangre castiza o española); no tenían refinado apellido, tampoco lo era de origen extranjero;  no son provenientes de ningún  abolengo, es decir no tenían estatus social, no eran de los círculos sociales de las damas de coctel y del juego del té o chocolatadas caseras “santafereñas”, lugares solo propiciados para el chisme femenino. Nuestras guerreras, no son damas influyentes en ningún aspecto del contexto sociocultural y económico del momento.
Las corrientes filosóficas y humanísticas, apenas si eran incipientes en la vieja Europa, que se abanderara Francia, con la promulgación de los derechos del hombre. Aspectos estos muy lejos de ser objeto estudio en estas lejanas villas, cuando apenas si llegaron las ondas de estos movimientos hasta los centros urbanos de mayor presencia de los colonizadores como Cartagena, Santafé, Tunja y Popayán, como para afirmarse que fueron asumidos como propios de las luchadoras de esta comarca.
En fin, realmente no tienen, según los antecedentes personales vistos, una formación académica, ni cultural, que fuera indicio de su pensamiento ideológico, que nos permitiera ubicarlas entorno de los proceso de la lucha de clases.
De manera concreta de Manuela Cumbal Y Francisca Aucu, (Aucug) no hay referentes, registros históricos, ni genealógicos, ni rastros de sus ascendientes, ni descendientes; es decir si son “mujeres del común”; lugareñas del pueblo guaytaro. Pero no por ello, ni por lo anterior descalificables. No. Por el contrario, a pesar de su precaria condición social y de no encontrarse elementos de su conciencia social,  sociológica y  popular, tuvieron la valentía y atrevimiento, de ser las generadoras de un movimiento comunero.(Imagen web)
De este movimiento  no fueron tampoco, conscientes. Es decir no fue la resultante de una acción preconcebida, que ellas se lo hubiesen propuesto realizar, no y menos fue resultado de una planeación. Fue más el  producto del desespero, como consecuencia del sometimiento autoritario que deviene de la colonización. De la sinrazón de las cargas tributarias que cobraban las alcabalas coloniales; fue un acto impulsivo de rechazo, también lo fue de dolor, por cuanto a nadie le gusta que le sonsaquen sus pocos haberes mediante la imposición de normas de un gobierno lejano. Lo fue también producto de la rabia acumulada en los doscientos años de conquista y esclavismo, como por el descontento o inconformismo al que el  pueblo subyugado, seguía siendo sometido durante la colonia, con diferentes formas de figuras económicas como la Mita, el Resguardo la alcabala y la encomienda.
Hago un paréntesis para retrotraer hechos que según Arturo Solarte Córdoba (historiador y poeta Guaytaro), “Sueños De Gloria Y Libertad”, se dieron en nuestra conquista y colonización local; obviamente, al igual que nuestra historia americana india los procesos de ocupación y transculturización de nuestros aborígenes de la gran familia descubierta años atrás. Los Chibchas, Muiscas, Pastos, Pimbas o Guaytaros: sufrieron la erradicación de su modus vivendi, de sus reglas de convivencia comunitarias, de la paz y trabajo alfarero y artesano de incipiente agricultura; para caer en el modo de producción colonial, cuyas formas antes se explicaron. Ello conllevó como lo describe bien nuestro historiador invocado:

“La espada y la cruz llegaron juntas para someter y evangelizar a la población aborigen. Se mezcló la sangre y se cambiaron el idioma y las costumbres. Ontaneda y Arizaga, Religiosos mercedarios, bautizaron, Francisco Hernández y Luis Pérez, conquistaron y estableciendo la colonia se apropiaron de la tierra”. (Imagen libro del autor citado)

El Resguardo y la encomienda, formas económicas  de la vida colonial  fueron implementadas en nuestras cercanas comarcas como la provincia de los Pastos, como en la villa de los guaytaras. Tuvieron actores claves, como Antonio Erazo, quien fuera organizador de muchos asentamientos de colonos en la región, tanto que es considerado como uno de los encomenderos importantes de San Germán y la familia Cepeda y Ahumada en lo que hoy es San Francisco del monte, Ahumada, el Naranjo y macas cruz. Los Ahumada.- A Hernando le entregaron en encomienda la región que lleva su apellido, fue muy poca la presencia de este representante de la corona, su hijo natural, Alonso, de extramatrimonio, iba de vez en cuando a recibir los tributos. Agustín, nieto de Hernando llegó enfermo a Ahumada, para reponerse de enfermedad y pobreza, fue el que más permaneció, murió en Quito; sin dejar de contarse con los evangelizadores Mercedarios y Agustinos, quienes evangelizaron y bautizaron en nombre de Dios, pero un dios foráneo, distinto a sus propias creencias, un Dios inexistente en la américa india, con lo cual ayudaron  al sometimiento en nombre de Cristo, esta influencia es otro elemento crítico en la subyugación de nuestros antepasados a una doctrina más que a su Dios. Lo reafirma mi consultado: Francisco Hernández Girón.- Sometió a los indios y mató al cacique Guaytara por no rendirse, en fecha indefinida.

Aquí, Vuelvo a retomar al coterráneo investigador, para referirme a sus Notas aclaratorias del escrito, arriba referido: Cacique Guaytara.- El último gobernante indígena de la tribu de los guaytaros; como la historia la cuentan los que ganan, poco se sabe de él, solamente que no se humilló, ni sometió al invasor español.
El valeroso gesto de FRANCISCA AUCU de arrebatarle al cura el pliego de impuestos, que leía en su homilía, secundada por MANUELA CUMBAL, desencadena en una primera asonada o revuelta local, que en la medida que trasciende el "chisme", la noticia; es asumida con mas fervor y bravura por los habitantes, quienes en tumulto o "masa" deciden brindar su apoyo a las dos mujeres y asumir la causa como propia.
Este desencadenamiento, asombró a los hombres: MARIANO CERON, LORENZO PIZCAL  (o Getial), PEDRO VALENZUELA, JOSE BETANCOURT, TOMAS FLORES y JUAN ZAMBRANO quienes no tuvieron otra salida más que la de apoyarlas y armarse con palos y machetes para hacer alarde de combate. Estos menos  se esperaban que esta acción tomaría una fuerza inusitada que les  obligó  a irse lanza en ristre contra quien proclamaba el decreto de diezmos.
Se puede inferir que la acción de los hombres enjundiosos de valor, motiva al pueblo, que “se salió de madre”; se organizaron para marchar hacia Túquerres y además fueron previsivos para defenderse de la arremetida que les esperaba de parte de las autoridades colonialistas,  pues de alguna forma les había llegado a su conocimiento que Los líderes de la Revolución de los Comuneros de 1781  del Socorro fueron  campesinos como José Antonio Galán y Lorenzo Alcantuz.
Que esta insurrección desencadena mediante violentos motines en Simacota, Mogotes, Barichara y Curití en diciembre de 1780,  fue castigada cruelmente por la Real Audiencia, al igual que la de sus otros compañeros de lucha, Galán, Isidro Molina y Juan Manuel José Ortiz. Estos fueron ahorcados en Santafé el primero de febrero de 1782, decapitados, se dividió su cuerpo en cuatro partes y fueron quemados en la hoguera; la cabeza de Lorenzo Alcantuz, fue exhibida posteriormente en San Gil. Aún así el heroísmo pudo más que el temor reverencial a una autoridad implacable.
Como afirman nuestros historiadores, el pueblo guaytaro, comandado por MARIANO CERON, LORENZO PIZCAL  (o Getial), PEDRO VALENZUELA, JOSE BETANCOURT, TOMAS FLORES, JUAN ZAMBRANO, con palos, piedras, hachas, flechas, arcos, hondas, etc. decidieron emprender su marcha general y de descontento hasta Túquerres, centro de hegemonía y poder donde la vida de realistas y funcionarios de la corona, tuvieron asiento, para atacar a la autoridad.  (Imagen web)
Si bien no tiene ninguno formación filosófico -académica y cultural, que nos permita afirmar que se trató de un movimiento social, que se pudiera considerar como de “lucha popular” filosóficamente revolucionara, no es menos evidente, que desde la dialéctica y desde la perspectiva del desarrollo histórico del mismo, se constituyó en la base de una revuelta amorfa, que paso a paso, como todo un proceso de desarrollo evolutivo espontáneo y de poco tiempo de vigencia, alcanzara a tener incidencia en el pensamiento de las gentes de toda una región del sur andino pues alteró el orden social y político, amalgamó efectos destructores de una autoridad indolente e insubordinó a toda la región que empezó a hablar de una revolución como tal.

El momento en el cual se constituye en Insurrección  e insurrección popular es justamente cuando a su paso se llevan a los habitantes de otras veredas a cuya causa de unen sapuyanos, caltarranos, los de Imués,  de Iles y Yascual, etc. que se fueron en franco desconocimiento de las normas impositivas y normas de la corona española y en contra de la autoridad establecida;  insucesos que terminan con la muerte de Los Clavijos, los más enconados representantes de ese poder.


Luego, serían ellas y estos, encausadas y encausados "judicializados" y procesadas a semejanza de los comuneros santandereanos. De aquí que estas y por siempre sean nuestras heroínas y Guaitarilla, ciudad precursora; considerada como la cuna de la libertad Americana.
Este movimiento del común, por minúsculo que perezca, para la historia patria colombiana, es para nosotros UNA VERDADERA REVOLUCION COMUNERA Y SOCIALISTA, No importa que su conocimiento se reduzca a nuestra cultura nariñense y que no la tenga en cuenta en los grandes volúmenes de la historia, desde la perspectiva de la filosofía dialéctica como del materialismo histórico, tiene todo el mérito de un alzamiento popular por la justicia y por los derechos de los hombres y mujeres de la región; es mucho pero mucho más que un mero “Memorial de agravios”.
(Monumento a nuestras heroínas)
El proceso de desarrollo histórico nos debió llevar a ser críticos y luchadores cuando los tuquerreños se llevan las lisonjas de esta historia por ser el lugar del culmen de la trágica  terminación de la insurrección, pero cuyo evidente y real mérito se dio en nuestro terruño.
Que nuestra niñez y juventudes locales se encarguen de difundir por doquier y a todo nivel nuestra historia local y de reivindicar la GESTA DEL 18 DE MAYUO DE 1800 y se constituyan en nuevos adalides de ese glorioso nombre,  GUITARILLA.
GUITARILLA PUEBLO DE GUEREROS.
 

 Braulio Bernardo Cerón Álvarez.