18 DE MAYO DE 1800 EN
GUAITARILLA
Intrascendente,
parece ser la histórica gesta del pueblo GUAYTARO, inconforme, guerrero e
indómito en las tierras sureñas de GUAYTARILLA, geográfico lugar, que
ganara un espacio en las vetustas páginas de la gloria local, y que no fue inmortalizada como verdadera revolución y por
lo tanto no es una lucha importante como
se considera a la de otros pueblos, cuya
valoración debiese estar subyugada a la gesta del heroico valor del 18 de
mayo de 1800.
Parece
ser, que esta situación de olvido y de ostracismo, por si acaso no lo
sea, es más el producto de una sinrazón, del desprecio, o del mero
desconocimiento que la noble e hidalga realeza pastusa, “agualonguista”, que
conscientemente, obvio, ignora el acontecimiento y que se determinara como de
"hechos aislados", o como el producto de un reducto de campesinos, o
de una chusma, o asonada cuyos circunstancias objetivas no hicieron mella en la
estructura político militar y social del imperio. Porque estos espontáneos
luchadores y mujeres valerosas también vivaron al rey; con lo cual aparentemente se perdió
todo el mérito. Pero en fin, para
nuestros historiadores es un movimiento libertario e independentista, por
cuanto exigió mejores condiciones hasta culminar en una verdadera sublevación.
La
intrepidez de mujeres "del común", entiéndase como que "no son de
clase" es decir ajenas a los factores de los procesos de producción
agraria y de producción de recursos económicos de la corona; ajenas a los círculos
del poder, (poder político); que las y los llevara a luchar por el poder del
estado imperante; no tenían ningún vínculo o presencia con las fuerzas
administrativas; ajenas son a los factores de consanguinidad del hombre blanco,
su sangre, es decir sin estirpe (no tenían sangre castiza o española); no
tenían refinado apellido, tampoco lo era de origen extranjero; no son provenientes de ningún abolengo, es decir no tenían estatus social, no
eran de los círculos sociales de las damas de coctel y del juego del té o
chocolatadas caseras “santafereñas”, lugares solo propiciados para el chisme
femenino. Nuestras guerreras, no son damas influyentes en ningún aspecto del
contexto sociocultural y económico del momento.
Las
corrientes filosóficas y humanísticas, apenas si eran incipientes en la vieja
Europa, que se abanderara Francia, con la promulgación de los derechos del
hombre. Aspectos estos muy lejos de ser objeto estudio en estas lejanas villas,
cuando apenas si llegaron las ondas de estos movimientos hasta los centros
urbanos de mayor presencia de los colonizadores como Cartagena, Santafé, Tunja y
Popayán, como para afirmarse que fueron asumidos como propios de las luchadoras
de esta comarca.
En
fin, realmente no tienen, según los antecedentes personales vistos, una
formación académica, ni cultural, que fuera indicio de su pensamiento
ideológico, que nos permitiera ubicarlas entorno de los proceso de la lucha de
clases.
De
manera concreta de Manuela Cumbal Y
Francisca Aucu, (Aucug) no hay referentes, registros históricos, ni genealógicos,
ni rastros de sus ascendientes, ni descendientes; es decir si son “mujeres del común”; lugareñas del pueblo guaytaro. Pero no
por ello, ni por lo anterior descalificables. No. Por el contrario, a pesar de
su precaria condición social y de no encontrarse elementos de su conciencia
social, sociológica y popular, tuvieron la valentía y atrevimiento,
de ser las generadoras de un movimiento comunero.(Imagen web)
De
este movimiento no fueron tampoco, conscientes. Es decir no fue la
resultante de una acción preconcebida, que ellas se lo hubiesen propuesto
realizar, no y menos fue resultado de una planeación. Fue más el producto
del desespero, como consecuencia del sometimiento autoritario que deviene de la
colonización. De la sinrazón de las cargas tributarias que cobraban las
alcabalas coloniales; fue un acto impulsivo de rechazo, también lo fue de dolor,
por cuanto a nadie le gusta que le sonsaquen sus pocos haberes mediante la
imposición de normas de un gobierno lejano. Lo fue también producto de la rabia
acumulada en los doscientos años de conquista y esclavismo, como por el
descontento o inconformismo al que el pueblo subyugado, seguía siendo
sometido durante la colonia, con diferentes formas de figuras económicas como
la Mita, el Resguardo la alcabala y la encomienda.
Hago un paréntesis para
retrotraer hechos que según Arturo Solarte Córdoba (historiador y poeta
Guaytaro), “Sueños De Gloria Y Libertad”, se dieron en nuestra conquista y
colonización local; obviamente, al igual que nuestra historia americana india
los procesos de ocupación y transculturización de nuestros aborígenes de la
gran familia descubierta años atrás. Los Chibchas, Muiscas, Pastos, Pimbas o
Guaytaros: sufrieron la erradicación de su modus vivendi, de sus reglas de
convivencia comunitarias, de la paz y trabajo alfarero y artesano de incipiente
agricultura; para caer en el modo de
producción colonial, cuyas formas antes se explicaron. Ello conllevó como
lo describe bien nuestro historiador invocado:
“La espada y la cruz llegaron juntas para someter y
evangelizar a la población aborigen. Se mezcló la sangre y se cambiaron el
idioma y las costumbres. Ontaneda y Arizaga, Religiosos mercedarios, bautizaron,
Francisco Hernández y Luis Pérez, conquistaron y estableciendo la colonia se
apropiaron de la tierra”. (Imagen libro del autor citado)
El
Resguardo y la encomienda, formas económicas
de la vida colonial fueron
implementadas en nuestras cercanas comarcas como la provincia de los Pastos,
como en la villa de los guaytaras. Tuvieron actores claves, como Antonio Erazo,
quien fuera organizador de muchos asentamientos de colonos en la región, tanto
que es considerado como uno de los encomenderos importantes de San Germán y la
familia Cepeda y Ahumada en lo que hoy es San Francisco del monte, Ahumada, el
Naranjo y macas cruz. “Los
Ahumada.- A Hernando le entregaron en encomienda la región que lleva su apellido, fue muy poca la presencia
de este representante de la corona, su hijo natural, Alonso, de
extramatrimonio, iba de vez en cuando a recibir los tributos. Agustín, nieto
de Hernando llegó enfermo a Ahumada, para reponerse de enfermedad y
pobreza, fue el que más permaneció, murió en Quito”; sin dejar de contarse con los
evangelizadores Mercedarios y Agustinos, quienes evangelizaron y bautizaron en
nombre de Dios, pero un dios foráneo, distinto a sus propias creencias, un Dios inexistente
en la américa india, con lo cual ayudaron al sometimiento en nombre de Cristo, esta
influencia es otro elemento crítico en la subyugación de nuestros antepasados a
una doctrina más que a su Dios. Lo reafirma mi consultado: “Francisco Hernández Girón.- Sometió a los indios y mató al cacique Guaytara por no rendirse, en fecha
indefinida”.
Aquí, Vuelvo a retomar
al coterráneo investigador, para referirme a sus Notas
aclaratorias del escrito, arriba referido: “Cacique Guaytara.- El último gobernante indígena de la tribu de los guaytaros; como la historia
la cuentan los que ganan, poco se sabe de él, solamente que no se humilló, ni
sometió al invasor español”.
El
valeroso gesto de FRANCISCA AUCU de arrebatarle al cura el pliego de impuestos,
que leía en su homilía, secundada por MANUELA CUMBAL, desencadena en una
primera asonada o revuelta local, que en la medida que trasciende el
"chisme", la noticia; es asumida con mas fervor y bravura por los
habitantes, quienes en tumulto o
"masa" deciden brindar su apoyo a las dos mujeres y asumir la causa
como propia.
Este
desencadenamiento, asombró a los hombres: MARIANO CERON, LORENZO PIZCAL
(o Getial), PEDRO VALENZUELA, JOSE BETANCOURT, TOMAS FLORES y JUAN ZAMBRANO quienes
no tuvieron otra salida más que la de apoyarlas y armarse con palos y machetes
para hacer alarde de combate. Estos menos se esperaban que esta acción tomaría una
fuerza inusitada que les obligó a irse lanza en ristre contra quien
proclamaba el decreto de diezmos.
Se
puede inferir que la acción de los hombres enjundiosos de valor, motiva al
pueblo, que “se salió de madre”; se organizaron para marchar hacia Túquerres y
además fueron previsivos para defenderse de la arremetida que les esperaba de
parte de las autoridades colonialistas,
pues de alguna forma les había llegado a su conocimiento que Los líderes
de la Revolución de los Comuneros de 1781
del Socorro fueron campesinos como
José Antonio Galán y Lorenzo Alcantuz.
Que
esta insurrección desencadena mediante violentos motines en Simacota, Mogotes,
Barichara y Curití en diciembre de 1780, fue castigada cruelmente por la Real
Audiencia, al igual que la de sus otros compañeros de lucha, Galán, Isidro
Molina y Juan Manuel José Ortiz. Estos fueron ahorcados en Santafé el primero
de febrero de 1782, decapitados, se dividió su cuerpo en cuatro partes y fueron
quemados en la hoguera; la cabeza de Lorenzo Alcantuz, fue exhibida
posteriormente en San Gil. Aún así el heroísmo pudo más que el temor reverencial
a una autoridad implacable.
Como
afirman nuestros historiadores, el pueblo guaytaro, comandado por MARIANO
CERON, LORENZO PIZCAL (o Getial), PEDRO VALENZUELA, JOSE BETANCOURT,
TOMAS FLORES, JUAN ZAMBRANO, con palos, piedras, hachas, flechas, arcos,
hondas, etc. decidieron emprender su marcha general y de descontento hasta
Túquerres, centro de hegemonía y poder donde la vida de realistas y
funcionarios de la corona, tuvieron asiento, para atacar a la autoridad. (Imagen web)
Si
bien no tiene ninguno formación filosófico -académica y cultural, que nos
permita afirmar que se trató de un movimiento social, que se pudiera considerar
como de “lucha popular” filosóficamente revolucionara, no es menos evidente,
que desde la dialéctica y desde la perspectiva del desarrollo histórico del
mismo, se constituyó en la base de una revuelta amorfa, que paso a paso, como
todo un proceso de desarrollo evolutivo espontáneo y de poco tiempo de
vigencia, alcanzara a tener incidencia en el pensamiento de las gentes de toda
una región del sur andino pues alteró el orden social y político, amalgamó
efectos destructores de una autoridad indolente e insubordinó a toda la región
que empezó a hablar de una revolución como tal.
El momento en el cual se constituye en Insurrección e insurrección
popular es justamente cuando a su paso se llevan a los habitantes de otras
veredas a cuya causa de unen sapuyanos, caltarranos, los de Imués, de
Iles y Yascual, etc. que se fueron en franco desconocimiento de las normas
impositivas y normas de la corona española y en contra de la autoridad
establecida; insucesos que terminan con la muerte de Los Clavijos, los
más enconados representantes de ese poder.
Luego,
serían ellas y estos, encausadas y encausados "judicializados" y
procesadas a semejanza de los comuneros santandereanos. De aquí que estas y por
siempre sean nuestras heroínas y Guaitarilla, ciudad precursora; considerada
como la cuna de la libertad Americana.
Este
movimiento del común, por minúsculo que perezca, para la historia patria
colombiana, es para nosotros UNA
VERDADERA REVOLUCION COMUNERA Y SOCIALISTA, No importa que su conocimiento
se reduzca a nuestra cultura nariñense y que no la tenga en cuenta en los
grandes volúmenes de la historia, desde la perspectiva de la filosofía dialéctica
como del materialismo histórico, tiene
todo el mérito de un alzamiento popular por la justicia y por los derechos de
los hombres y mujeres de la región; es mucho pero mucho más que un mero
“Memorial de agravios”.
(Monumento a nuestras heroínas)
El
proceso de desarrollo histórico nos debió llevar a ser críticos y luchadores
cuando los tuquerreños se llevan las lisonjas de esta historia por ser el lugar
del culmen de la trágica terminación de
la insurrección, pero cuyo evidente y real mérito se dio en nuestro terruño.
Que
nuestra niñez y juventudes locales se encarguen de difundir por doquier y a todo
nivel nuestra historia local y de reivindicar la GESTA DEL 18 DE MAYUO DE 1800
y se constituyan en nuevos adalides de
ese glorioso nombre, GUITARILLA.
GUITARILLA PUEBLO DE
GUEREROS.
Braulio Bernardo Cerón Álvarez.